jueves, 8 de marzo de 2018

MacMan • Amenaza Global • Episodio 10


Se aleja el anónimo sospechoso, con una sonrisa triunfante, jactándose de haber salido invicto de un largo, tortuoso e intenso interrogatorio por parte del dúo justiciero, que por falta de evidencias no tiene más remedio que dejarlo ir. Todo parece perdido mientras contemplan desaparecer en el horizonte la única pista que podía llevar al equipo de héroes a resolver esta misteriosa amenaza global. Pero afortunadamente, no todo es lo que parece.


Al verse acorralados ante la ausencia de resultados, y ante la eminente obligación legal de liberar al malviviente, siempre con un as bajo la manga, el equipo justiciero se asegura de no perderle el rastro. Durante el proceso de extraer absolutamente ningún tipo de información del sospechoso, simulando un embarazoso episodio de ineptitud y falta de profesionalismo, el rubio enmascarado se las ingenió para colocar en las pertenencias del malhechor un dispositivo que su compañero de traje violeta le indicó.

Si el plan marcha sobre ruedas, ahora nuestros héroes son capaces de seguir de cerca los movimientos de aquel misterioso y siniestro hombre que parece estar definitivamente implicado en esta amenaza global.

Definitivamente, aquel perverso individuo encapuchado sabe algo, y nuestros héroes lo saben. La forma en que se desenvolvió en la sala de interrogatorios lo delata. Nadie que se jacte de ser inocente puede esquivar con tanta soltura y eficacia la intensa lluvia de cuestionamientos y juegos mentales que Macman y su compañero se empecinaron en implantar sin éxito en el subconsciente criminal del sujeto en cuestión.

Se aleja entonces, con su sonrisa triunfante, el anónimo sospechoso por las calles de MalosAires. Los encargados de resolver este misterioso caso se adentran en el cuartel, seguidos por la abuela del rubio enmascarado, quien se ve obligada a acompañarlo en esta aventura tras haberse enfermado la enfermera que debía cuidar de ella.

Los tres recorren los largos e interminables pasillos que conforman el laberinto de corredores y oficinas del CGUSOIMGSH (Cuartel General Ultra Secreto de la Organización Internacional Medio Gubernamental de Super Héroes)

Completamente concentrados en el caso, los disfrazados héroes avanzan a paso ligero, construyendo hipótesis, elaborando conjeturas e intercambiando opiniones y propuestas, mientras que tras ellos, la pobre anciana se esfuerza por seguirles el paso para no verse de pronto perdida y sola en tan imponente y confuso edificio.

Varias escaleras y compuertas automáticas más adelante, nuestros héroes se encuentran en su oficina trabajando arduamente y sin descanso para localizar al sospechoso que acababan de liberar. Si bien el dispositivo de localización fue colocado con éxito entre las pertenencias del maleante, la tarea de posicionar los satélites y calibrarlos para obtener las coordenadas exactas y en tiempo real del dispositivo es más bien larga y engorrosa. Gracias al basto conocimiento informático de Bobin, el beneficioso aporte de Macman y un compulsivo, innesesario, indiscriminado y sobreactuado pulsado de teclas, el radio de localización del dispositivo en cuestión se va reduciendo minuto a minuto.
Los primeros resultados demuestran que el sospechoso se encuentra aún en el país, lo cual es esperable dado que el tiempo transcurrido desde que el mismo se alejó del edificio es relativamente insuficiente como para abandonar el territorio nacional.
Minutos después, la triangulación satelital nos demuestra que el individuo se encuentra aún en alguna parte de MalosAires. Dicha información es tomada con optimismo por el heróico equipo de investigadores, dado que les facilita la labor de perseguir sus pasos.
De pronto, los datos brindados por el sistema ultrasecreto de localización global comienzan a tornarse preocupantes. El sujeto en cuestión no sólo mantiene cierta cercanía con el cuartel, sino que al parecer, encuentra el modo de escabullirse dentro de él sin ser visto, dado que, con precisión milimétrica, el satélite afirma haber localizado el dispositivo de seguimiento en el mismo edificio en el que se encuentra tabajando el duo justiciero.

Dicho dato es inquietante y alarmante. No cabe duda que los Héroes se enfrentan a un enemigo profesional, quien parece estar siempre un paso adelantado. Dicha sospecha data de aquel allanamiento al edificio abandonado en el que cada puerta tirada abajo por el equipo justiciero escondía una sorpresa para ellos. Ahora nuestros héroes la confirman al descubrir que el malviviente logra escabullirse en las instalaciones del Cuartel General Super Secreto, a espaldas de todos y violando toda medida de seguridad habida y por haber.

Sin perder un segundo, aunque manteniendo la calma y el enfoque, (comportamiento crucial en estos peligrosos momentos), Bobin transfiere el algoritmo de triangulación global de su ordenador a un dispositivo móvil, el cual gracias a la aplicación de un software especial, permite continuar con el rastreo del dispositivo de localización por los numerosos pisos y laberínticos corredores de la escandalosamente enorme edificación.

El equipo circula con extrema cautela por dichos interminables y vacios corredores, guiados por el dispositivo móvil de enmascarado púrpura, acercándose cada vez más y más al enemigo. Avanzando a pasos lentos y silenciosos, la tensión que envuelve a los protagonistas de esta peligrosa misión se vuelve incalculable.

Afortunadamente, ambos se encuentran por demás preparados para tolerar semejantes situaciones. Por otra parte, por una cuestión de comodidad para el autor, dichos corredores se encuentran libres de civiles, agentes, oficiales o cualquier otro personaje que enlentezca el proceso de animación (o, en este caso, redacción) De lo contrario, más allá de preocuparse por su seguridad, deberían estar atentos a garantizar el bienestar de los presentes.



Finalmente, el dispositivo localizador los sitúa a ambos, puerta de por medio, frente al enemigo. Sólo una pequeña división de madera los separa de mismo. Esta vez, tras constatar que el sospechoso es más rápido, escurridizo y peligroso de lo que aparenta, no pueden darse el lujo de dejrlo ir.

Es el momento de la verdad. Al cruzar la abertura deben capturarlo a como de lugar, y hacerlo confesar cueste lo que cueste. De la información que obtengan dependerá el futuro del entretenimiento mundial.

¿Qué se tramará el inescrupuloso malviviente?
¿Por qué habrá irrumpido en el edificio?
¿Trabajara solo?
¿Le gustarán los panchos con mayonesa? ¿O los preferirá con mostaza?

¡Mirá el desenlace de este imperdible, tensísimo episodio de MacMan!





#MacManOficial

¿Y MacMan ?

¡Hola máquinas! ¿Cómo andan después de tanto tiempo? Aquí me encuentro nuevamente sentado frente a mi humilde PC reencontrándome con las...