viernes, 11 de mayo de 2018

MacMan • Amenaza Global • Episodio 11

El sol abraza las metropolitanas calles de Malos Aires, en las que nuestro equipo de héroes se encuentra a pie, siguiendo el rastro del malviviente que puede llevarlos a resolver este misterioso caso que les quita el sueño.
Lo que les queda claro es que no se trata de un caso fácil, y la comunicación es imprescindible en estas situaciones. Hace instantes, a raíz de un malentendido, el malviviente escapó de su radar, y es por eso que se encuentran ahora utilizando todo recurso disponible para volver a dar con el hampón, quien con suerte los guiará hasta dar con el paradero de quien se encuentre tras tan maléfico plan.





Si bien el héroe con más trayectoria y de traje púrpura no se encuentra del todo convencido con el método que se encuentran utilizando para recuperar el rastro del enemigo, pero ante la ausencia de resultados y la gravedad del asunto, decide darle una oportunidad a los poco convencionales métodos de su nuevo compañero, quien demuestra un gran compromiso para con su carrera de justiciero; mas su eficiencia debe pulirse un poco aún.
En este caso, el único dato que el dúo logra obtener del maleante, antes de su inconveniente y desafortunada liberación, es que lleva entre sus pertenencias un pequeño pino aromatizador que, a causa del anteriormente citado error de comunicación, el rubio enmascarado se encargó de colocar.
La única forma que ambos defensores de la ley encuentran para poder seguir de cerca los pasos del desaparecido sospechoso es aprovechar el sobrehumano olfato de la abuela de Macman para rastrearlo.
Claramente se trata de un recurso poco convencional que no logra satisfacer los altos requerimientos y estándares que el organismo multinacional de superhéroes exige en sus investigaciones. Pero si bien Bobin está al tanto de dicha controversia, el poco tiempo que la humanidad dispone para frustrar semejante amenaza global no permite que los protocolos de validación para el nuevo sistema de rastreo y seguimiento sean debidamente implementados, dejándole al experimentado investigador no más remedio que aceptar los medios que se encuentran disponibles y a su alcance.

Sin más preámbulos, se da inicio al proceso de búsqueda.
La abuela de Macman, de quien se desconoce el nombre aún, quizás por una cuestión de protección de testigos y confidencialidad de identidad de los civiles involucrados en la causa, o quizás por falta de creatividad del escritor, se encarga entonces de encabezar la persecución de la pista, olfateando las calles de Malos Aires en busca del rastro aromático que el sospechoso deja a su paso gracias al dispositivo perfumado que el héroe de traje precario y veraniego colocó entre sus pertenencias.

El proceso de búsqueda es lento. El dúo justiciero camina impaciente, aunque esperanzado, detrás de "La Nona" (como decide llamar encubiertamente Macman a su familiar involucrado), quien con paciencia y cautela los guía hacia una posible victoria.
De localizar al sospechoso y de mantenerse imperceptibles, el monitoreo de la actividad del malviviente podría traer consigo un adelanto significativo en la investigación, y con ello el fin de tan siniestra amenaza, así como también el descanso, alivio y tan merecido ascenso en la heroica carrera de los enmascarados.




El tiempo transcurre, al igual que la búsqueda, con alarmante lentitud. Los héroes aprovechan el tiempo para deliberar tácticas de asalto y ataque en caso de ser requeridas si llegasen a encontrarse de repente rodeados por el enemigo en una imprevista emboscada, o así mismo, métodos de imperceptible vigilancia en caso de requerir un prolongado seguimiento de los pasos del secuestrador de ordenadores informáticos.



A medida que el equipo de búsqueda avanza por la angostas, desiertas y repetitivas veredas de la ciudad, la información fluye a más no poder entre los protagonistas de ésta historia; técnicas de espionaje, trucos de asalto y camuflaje, ventajas y desventajas de las distintas disciplinas de combate y hasta los más secretos paradigmas de la investigación científica circulan bidireccionalmente, en un ostentoso derroche de sabiduría.

De pronto, en pleno despliegue de conocimiento y cultura general, La Nona se topa súbita e inesperadamente con un increíble e inesperado hallazgo, obligando a los héroes a tomar una decisión drástica.

¿Qué habrá hallado la Nona?
¿Habrá dado con el paradero del sospechoso?
¿Se habrán topado con una nueva pista?
¿Se habrá cruzado en su camino algún famoso? ¿Otro héroe? ¿Dinero? ¿Un boleto capicúa de transporte público u otro típico cachivache coleccionable?




No te pierdas el final de este apasionante episodio


¡Voten por MacMan !



#MacManOficial

¿Y MacMan ?

¡Hola máquinas! ¿Cómo andan después de tanto tiempo? Aquí me encuentro nuevamente sentado frente a mi humilde PC reencontrándome con las...