jueves, 19 de julio de 2018

Especial ECO


El otro día, como muchos otros, me encontraba en la parada del bondi, claramente esperando al mío. No es que yo tenga bondis, ni sea accionista de la compañía, sino que estaba esperando al que me tenía que tomar para ir al cuartel general de superhéroes. La verdad es que estaba en mi franco, no voy a mentirles, pero de todas formas voy tempranito y me hago el ocupado porque a eso de las ocho y media pasa una señora con un carrito ofreciendo café. Y como yo siempre la saludo y le caigo bien, le garroneo unas galletitas. Después si, me vuelvo caminando para no andar gastando tanto, y de paso hacer un poco de ejercicio.

En fin, la cuestión es que estaba en la parada. Pero el problema era que estaba lloviendo un poco. Un poco bastante. De hecho, ya me estaba preguntando a mí mismo si valía la pena la molestia. Para colmo, la parada en la que yo lo espero todas las mañanas está en esas esquinas ETERNAMENTE inundadas. Hay días de verano, en los que se me evapora la sangre, y la esquina sigue con agua. Es uno de esos #MisteriosDeLaVida.
De todas formas, y como siempre, yo estaba más que preparado para la ocasión. Me había cubierto el cuerpo con una bolsa de consorcio. Tenía un paraguas, pero se lo llevó el viento. (A propósito, era todo gris, y tenía un MacMan dibujado en el centro. Si alguien lo encuentra, ¿Me manda mensaje por privado? Sino...  ¿Alguien tiene alguno que no use?)
El tema es que yo estaba ahí parado en la parada (valga la redundancia) y pensé:

“Nomas falta que pase un auto ahora y me empape”

No terminé de pensarlo, que pasó un autazo, exageradamente nuevo, extravagante y caro, conducido seguramente por un HDRMP, a las innecesarias chapas, y levantó un tsunami que me dejó completamente damnificado. Después de todo mi bolsa de consorcio estaba preparada para mantenerme ceca la ropa de una considerable lluvia / llovizna, pero no pretendía impermeabilizarme de pies a cabeza como para practicar buceo.
Más allá de lo que me costó lavar toda la ropa, dado que no era exactamente agua Mineral Natural de Manantial lo que estaba estancado en la calle, y puesto que tuve que lavarla lo antes posible porque no tengo una habitación subterránea y secreta con un guardarropas lleno de trajes de superhéroe como para usar uno por día, también está el factor que me c*** de frío toda la mañana, porque inmediatamente después del incidente, llegó el bendito bondi, y de perdérmelo me perdía el desayuno que sirven en el cuartel.
Todo este episodio me dejó pensando en dos cosas muy importantes.

Uno:
Si el bondi venia un minuto antes, no pasaba nada. Que hubiese estado bueno, pero no hubiese dado lugar al punto dos.

Dos:
Yo no puedo ir a salvar el mundo así. No puedo, por ejemplo, ir corriendo por ahí empapado y llevo de barro persiguiendo a un criminal. En primer lugar, por seguridad:
Si ando corriendo todo mojado, con las botas embarradas y el piso resbaladizo, me caigo, me mato, me tuerzo un pie… Después no puedo ir a trabajar. Y hoy x hoy no me puedo dar ese lujo.
En segundo lugar, por la imagen que doy: Un pueblo no va a confiar en un superhéroe corriendo con ese aspecto. Mojado, embarrado, y con hojas y colillas de pucho pegadas al cuerpo. 


Decí que por casualidad, estaba cerca de lo de mi vieja. Va, no sería tanta casualidad. El bondi que me lleva al cuartel pasa cerca de su casa, así que esa casualidad se da todos los días.
La cosa es que ella tiene lavarropas, uno copado que sacó en cuotas, por lo que pensé:

“Ya fue. Le llevo la pilcha para que le pegue una lavadita, le picoteo algo de la heladera, desayuno ahí, me pego un baño, y de vuelta a las calles”

Estaba entonces arriba del bondi, con un nuevo plan en mente. Pero… ¿Por qué habría de ser fácil llevarlo a cabo... no? ¿Por qué? Porque TODO siempre tiene que ser difícil. En este caso, el bondi se quedó clavado una hora en una esquina, porque había un camión de basura limpiando una monumental montaña de porquerías  que estaba tirada en la calle. una pila descomunal de basura, escombros, pañales, botellas, tetras, cartones…

Yo no puedo combatir el crimen en estas condiciones….

Imagínense que estoy persiguiendo a alguien, (si es que, en algún momento y con el apoyo de ustedes mis seguidores, la Organización me compra la moto) y de repente me clavo una hora atrás de este camión que está juntando semejante pila de mugre.
Así no se puede salvar al mundo.

Yo tengo una imagen que mantener. Hace poco hice una encuesta de seguridad  la cual se encuentra aún abierta por si alguien quiere votar. En dicha encuesta votaron millones y millones de usuarios. (No sé si tantos, pero muchísima gente emitió su voto. Al menos varios de mis amigos lo hicieron. Mi vieja seguró votó)
El tema es que, según esa encuesta, la gente se siente muy segura conmigo dando vueltas por la calle, y eso es gracias a que me ve bien, presentable, decente.

Bueno, volviendo a lo nuestro, finalmente llegué a donde mi vieja. Enseguida me puso a lavar la ropa mientras yo le revisaba la heladera. Decí que por suerte dejé algunos pijamas en su casa, sólo por las dudas, así no tenía que desayunar en tarlipes mientras esperaba mi ropa.
Afortunadamente, para ese entonces ya había dejado de llover, por lo que luego de lavar y centrifugar mi pilcha, la capa de mie vieja le colgó en su terraza, donde se ceca en minutos. Por otra parte, le venía bien aerearse un poco, porque justo se había quedado sin suavizante, y yo a la calle con la ropa toda dura, y mal planchada no salgo. (Por todo eso de la imagen, no por finoli)

Reconozco que me colgué un toque, desayunando, pero la cuestión es que fui a buscar mi ropa a las dos horas. Y, para variar, no podía salirme bien de una. Algo tenía que pasar.
Se ve que el jabón era medio berreta, (porque a diferencia mío, acá entre nos., mi vieja es medio rata, y por eso compra jabón cualungue para la ropa) y al parecer le quedó a mi remera una manchita de mostaza, la cual no tengo idea de cómo llegó ahí. Seguramente el lavarropas estaba manchado con mostaza en el interior, o algún vecino se clavó un pancho y salpicó hasta mi remera. El tema es que había una manchita de mostaza, ahí en la remera, debajo del cuello.

Para acortar una historia larga. el hecho es que una rata le estaba haciendo un pequeño agujerin a mi remera. El problema acá, no es el jabón berreta para la ropa. Es que ahí cerca de donde vive mi mamá, hay una esquina como la que retuvo al camión de basura un par de horas atrás, porque resulta que los tachitos que la municipalidad puso por cuadra no dan abasto con las veinte bolsas de basura diaria que saca cada vecino. Obviamente, con las cantidades de residuos que la gente deshecha por día, esos tachitos rebalsan los desperdicios. Y claro, se dan las condiciones perfectas para que se formen criaderos de ratas mutantes y cucarachas supersónicas, las cuales no tienen allí alimento suficiente para alimentar a sus sobredesarrolladas crías. O bien buscan mostaza para saborizar. ¿Y dónde fueron a buscar su mostaza? A mi recientemente lavada sin suavizante remera de superhéroe…

Muchachos, Gentes, Máquinas…

Yo no puedo ir a salvar al mundo, a proteger al inocente, a defender a mi querida sociedad así.
Mojado, roñoso, o con agujeros en la ropa. Sólo imagínense el siguiente cuadro.
Yo, así, con esa facha, mojado, embarrado, con la ropa agujereada, llena de mostaza, y hasta quizás con alguna cucaracha que no llegué a sacarme de encima, corriendo tras un delincuente, impecablemente vestido con ropa deportiva de excelente marca y calidad. ¿Quién van a pensar que está intentando afanar a quién?

Deci que la genia de mi vieja se da maña con el hilo y la aguja, y enseguida se puso a cocerme la remera. Mientras tanto, ni lento ni perezoso, pensé.

"Aprovecho y me caliento unos canelones de verdura y ricota que tiene la vieja freezdos”

Me senté entonces a comer, aunque no me los pude terminar. No porque me faltasen ganas, porque justamente no me faltaban para nada, dado que andaba con un poquito de hambruna, con lo difícil que esta la mano y el poco laburo que hay. No de superhéroe, de eso hay un montón de laburo. Demasiado para mi gusto. Pero en lo que respecta a mi laburo diurno, bajó un poco el volumen de trabajo, por lo que no estoy cobrando mucho que digamos. Y como superhéroe, hasta que la gente no me siga y la agencia se decida a invertir un poquito más en mí, no veo mucha redituabilidad todavía en lo que hago.
El tema es que no pude terminar de comer esos riquísimos canelones porque al parecer, se levantó un poco de viento, y casualmente venía de aquella esquina.
No se dan una idea de la baraaaandaaaaa que trajo. Increíble. Insoportable. Inolible. Como para tumbar un caballo.

Amigos… Posta… Yo no puedo ir a salvar al mundo con hambre.

Y estos son sólo algunos de todos los inconvenientes con los que día a día tengo que lidiar para poder salvar al mundo. Y todo porque durante años a nadie le importó cuidar nuestro planeta de la basura que hacemos, y ahora, nosotros nos tenemos que fumar toda esa ignorancia e indiferencia.
Bueno, llegó el momento de decir basta, y de revertir un poco las cosas. O nos ponemos en campaña para limpiar un poco la ciudad y mantenerla limpia, o que los proteja Magoya.
Desde hoy, voy a aprovechar el poder de las redes sociales, para aprender yo mismo acerca de cómo vivir sin hacer taaaanta basura, y para promover lo que voy aprendiendo. Quedan todos invitados a unirse a esta lucha diaria por limpiar este nido de ratas. Mientras más seamos los que ponemos nuestro granito de arena, más grande va a ser la playa que armemos. Síganme, compartan, difundan. Hoy, empieza el cambio. Mañana ya es tarde.


Saludos máquinas y máquinos…



#MacManOficial

¿Y MacMan ?

¡Hola máquinas! ¿Cómo andan después de tanto tiempo? Aquí me encuentro nuevamente sentado frente a mi humilde PC reencontrándome con las...